Miércoles de ceniza, puerta de la cuaresma, en el que en estos cuarenta días y cuarenta noches esperaremos la celebración de la Semana Santa, pero como andaluces que somos, la celebramos de una forma peculiar, la celebramos con alegría y esperanza de que otro año más Cristo volverá a resucitar.
Que decir, de estos cuarenta días de esfuerzo y trabajo para la preparación de la salida procesional de nuestras hermandades y cofradías, trabajo destinado a Nuestro Señor, para que en este tiempo nos ayude a reflexionar del verdadero sentido de la Semana Santa.
¡Cuarenta días solo! Para que el Señor de los Reyes abra otro año más esta Semana Santa, en la que nuestros sentimientos y nuestra devoción se hace pública, en la que cada pequeño elemento que compone nuestra forma de proclamar nuestra Fe se hace arte, en la que el llanto de María traspasa a nuestro profundo corazón. Cuarenta días, para que vivamos las Pasión, Muerte y Resurrección.
Que poquito ya, para que Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia procesione por nuestra Ciudad anunciando que morirá para resucitar tres días después. Que poquito queda, para que la Reina de la Paz y Esperanza escuche nuestras plegarias, y vuelva a reinar en nuestros corazones y en toda Córdoba.
Pues vamos a ir preparando ya todo, que esto está a punto de empezar, que estos cuarenta días y cuarenta noches se pasaran muy rápido, porque esto empieza ya a oler a incienso y azahar.
Como dijo Antonio Burgos, quedan cuarenta días y cuarenta noches pero que cuarenta días y cuarenta noches….