Los jóvenes de la Hermandad pudimos demostrar precisamente eso: una muestra firme y fehaciente de hermandad y fraternidad, un vínculo que se refuerza día a día con eventos como el que tuvimos la suerte de disfrutar en el día de ayer y, por supuesto, un sentimiento recíproco que seguiremos forjando y compartiendo durante años y años bajo la protección y el cariño de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Paz y Esperanza.
La Juventud de la Paz, una gran familia |