23 febrero 2009

La Cuaresma..., por Juan Manuel García

...Polvo eres y en polvo te convertirás...
Así lo dice la Biblia y así lo dice la vida cuando, en la anticipada del Miércoles de Ceniza, el incienso empieza a inundar los corazones de los barrios, cuando las naranjas inundan las calles para anunciarnos la flor cofrade por excelencia y es entonces cuando resurge de sus cenizas la Córdoba Cofrade que ha permanecido un año callada para recibir con júbilo a los cuarenta días que pondrán el prólogo perfecto a nuestra Semana Mayor.

Llegó el tiempo de los Vía-Crucis, de los besapiés, de los besamanos, de los quinarios... e inmersos en ellos veremos pasar ante nuestras pupilas el anticipo de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor.
Todo empezará poco después del Miércoles, en el momento en el que el Divino Nazareno de la Trinidad camine con su cruz a cuestas acercándose al calvario de la Santa Iglesia Catedral y tras Éste llegarán las estaciones en las que un rosario de misterios inundarán nuestra alma preparándola para asistir a la siempre viva historia de la crucifixión del más humano y divino de cuantos habitaron esta tierra, y para contemplar a su Santísima Madre, siempre detrás de Él, pasar compungida de dolor ante los ojos de sus hijos.
Por eso hoy me atrevo a llamar al martillo divino de la pasión andaluza y a decir: ¿estáis listos capirotes de cartón de la calle Alfonso XIII?, ¿estáis puestas, rosas de la Caridad; penitentes que se cuentan por miles para iniciar vuestro particular calvario anual tras los pasos del Señor de Córdoba, espárragos de los campos para abrir paso al Divino Crucificado mexicano, nazarenos de la Estrella para iluminar el camino a la Reina de nuestra huerta, cánticos del miserere del Cristo de las Ánimas, cornetas y tambores, tríos de capilla para anunciar la llegada del Divino Redentor?, ¿estáis puestos, claveles rojos del Santísimo Cristo del Amor; nuevos silencios del Señor de la Caridad, manto blanco y reluciente de la Reina de Capuchinos, angelitos del palio del Cister...?
¡Pos vámonos que vi a llamá!
¡Ros por iguá valientes, ar cielo La que é er Cielo!

Juanma G.A.

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