La Cuaresma...tiempo de espera, de emoción, grande y un sinfín de rasgos que podrían describir 40 días de sentimientos para un cofrade...
Solamente cuando entramos por una de las cuatro puertas de la ciudad tenemos señal y pasión, que se vive con explosión esa última semana...Y que decir, en mi caso, cuando entras por esa plaza de Capuchinos que aguarda a tanta dulzura, y avanzas bajando a la Córdoba que un día fue llana pero que se levanta entre torres de Campanas anunciando que llega el momento, pero seguimos atravesándola y no me gustaría olvidarme del comienzo, cuando una mañana soleada del Domingo de Ramos aparece el Señor de los Reyes abrazado por el pueblo cordobés que tiene ansia por vivir una semana grande mas... pero no paramos seguimos por una calle que nunca muestra fin y que pronto mostrara tonos musicales y cromáticos de su Pasión, nuestra Pasión...
Entre Esperanza y Buen Suceso, Angustias y Expiración seguimos nuestro transcurrir a esa calle que destaca por aroma primaveral, que predice el gran acontecimiento, y en un punto intermedio Oraciones del Señor observamos Caridad, y ahora cambiando el rumbo, sin olvidar sus Penas que tiene lugar en Santiago, nos dirigimos hacia el Templo Mayor, bajo sombras de muros que se preparan para la Semana Mayor llegamos al barrio de Pasión y una madre que aguarda Amor al hijo de sus entrañas y lleno de Perdón de nuevo avanzamos pero en este caso de vuelta para vivir su Sentencia que llega ipso facto, y pronto llegará su Buena Muerte...
Una vez de vuelta lo sigues viviendo, también de barrios continuos, nos sigue llegando sentimientos y emociones que sin duda no son ni mucho menos importantes...
Solo son 40 días, que el cofrade cuenta incesante a que pases, viviendo cada momento, cada segundo que pasa.. Y simplemente podemos definirlo como la Cuaresma...