Nunca olvidaré ese 8 de abril de 2009... fue otra Estación de Penitencia pero diferente a las otras: los momentos vividos junto a mis hermanos fueron fascinantes...
Con el único momento que me quedo fue con la entrada, cuando todos los hermanos esperábamos a que Ella, Nuestra Madre, entrara un año más.
También me alegro muchísimo de ver a hermanos que no había visto desde el año pasado y que salían en el mismo sector. Fueron muchos sentimientos juntos que cuestan explicarlos porque es algo que hay que vivirlo y sentirlo. Fue algo maravilloso y muy emocionante...
Con la única palabra que me quedo para definir este miércoles santo es “Sentimiento”
Fue muy emocionante cuando el sector 6, agrupados en el porche del convento, veíamos como poco a poco la plaza, esa plaza de blancura, se iba llenando.
Hasta que llegó el momento en el que el diputado de horas llamara a la puerta y saliera esa cruz de guía abriendo ese cortejo de nazarenos blancos y llenos de Paz. ¡Qué palabra tan bonita! Como Ella... Nuestra Madre... Reina y Señora de Capuchinos...
El momento llegó cuando el mismísimo Rey de Capuchinos iba recorriendo las calles cordobesas.
Un año más…