Después de la primera salida de la Señora de la Paz y Esperanza, nos situamos en este momento en 1943, cuando en enero del mismo año se bendice, el 25 de este mismo mes, Ntro. P. Jesús de la Humildad y Paciencia. Después, se preparaban cultos y preparativos para la Semana Santa.
Al igual que el anterior año, la salida se realizaba desde la iglesia de la Merced, y ya se hacían los preparativos en la misma iglesia. La Virgen realizaría, como años anteriores, la Estación de Penitencia un Domingo de Ramos (18 de Abril en aquel año), cuando la Junta de Gobierno por considerar mucho más cercano a la Pasión el Miércoles Santo, acuerdan cambiar su día de salida al Miércoles Santo.
Una vez que comienza la salida, en la plaza de Capuchinos esperan nazarenos y guión para la llegada de la Señora a la plaza y comenzar la Estación de Penitencia. La cruz de guia salía a las 22.30 h de la noche y comenzaba su itinerario por la calle Torres Cabrera, siguiendo por Plaza de la Merced, Puerta del Rincón, Alfaros, San Salvador y Carrera Oficial para volver por Diego León, Alfonso XIII, Alfaros, Puerta del Rincón y Campo de la Merced, quedando ya las imágenes en la iglesia de la Merced.
Ese año estrenaba 14 varales de plata con macollas en su punto medio.
Años después, en 1946, el nuevo Hermano Mayor de la Corporación, Antonio Caballo, se encontró con un proyecto espectacular, la realización de un manto de camarín del que se había recaudado cierta cantidad de dinero años anteriores.
Este manto iba con la especial función de conmemorar el término de la Guerra Civil, por lo cual la advocación "PAZ" a la Virgen. El diseño de este manto era diferente, ya que poseía una cantidad de estrellas bordadas en oro sobre un manto de terciopelo color crema, donde cada estrella llevaría el nombre de cada una de las personas desaparecidas durante la contienda. El donativo fue enorme por parte de familiares que mostraban ya gran devoción, pero no era del todo suficiente para completarlo, por lo que D. Antonio Caballo puso el dinero restante al mismo para completar uno de los mayores enseres de la hermandad, terminando ese ilusionante proyecto que cientos de familiares mostraron con gran devoción a la Virgen.
Con el tiempo, se llegó a guardar el manto, debido al deterioro del mismo.
En 1946, se completó el guión, dándolo por terminado y, en 1947, fue un año que muchos no quisieran haber vivido. Comenzó con el cambio de fecha de salida, pasándolo a Jueves Santo; cuando comenzó la Estación de Penitencia, el cortejo comenzó su andar (primero el Cristo y después la Virgen), pero a la vuelta de la procesión, llegando a lo que hoy es la Avenida de Fuentes Guerra, empezó a caer una gran tormenta, de la cual no se salvó nadie, e hizo grandes daños a las imágenes.