Estos días en los que vivimos con emoción, al acercarnos al convento y ver a Nuestra Reina encima de un altar de cultos elegante, adornado con jarras exornadas con claveles blancos en el que se muestra el color de su advocación... blanco como una paloma, la Paloma de Capuchinos...
En el altar, además, la Virgen se encontraba rodeada por 48 puntos de luz, iluminando la fina cara de Nuestra Reina, junto a cuatro faroles de plata de la vecina Hermandad de los Dolores.
Para completar tal montaje, se encuentra entronada sobre la peana del palio y el respiradero frontal, completando el montaje con un dosel de terciopelo verde de los Hermanos Capuchinos y terminando con hojilla en su parte superior.
El día 24, día de la festividad de la Paz, la Juventud de la Paz, durante la Santa Misa, hizo entrega de un exorno floral a la Reina como ofrenda, al ser su festividad.
Las homilías han estado llevadas a cargo del Rvdo. Padre Rafael Mª Guzmán de la Comunidad Claretiana de Sevilla.
Para terminar los cultos de la Reina, se celebró la Función Principal, oficiada por el mismo orador, con la colaboración del cuerpo de acólitos, en la que participaron integrantes de la Juventud de la hermandad, en la cual se entregaron como ofrendas un traje de luces (donado por N.H. Rafael Rosa, miembro de la cuadrilla del popular torero Finito de Córdoba) y la gubia con la que Martinez Cerrillo talló a Nuestros Titulares, entregada por la viuda e hijo del insigne imaginero.